Un espacio para la re-flexión y re-construccion del rol masculino.

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PRESENTACION INSTITUCIONAL

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viernes, 18 de abril de 2008

Elementos que Facilitan o Dificultan el Paternaje. Sabine Romero, 2007.

From: Francisco Aguayo <faguayo@culturasalud.cl>
Date: 18-abr-2008 15:45
Subject: [EME] '152' Tesis: Elementos que Facilitan o Dificultan el Paternaje. Sabine Romero, 2007.
To: EME_Masculinidades_y_Equidad_de_Genero@googlegroups.com




Les enviamos la recién publicada tesis de maestría de Sabine Romero, miembro
del equipo EME. Es un estudio cualitativo sobre paternidad.

Romero, Sabine (2007) Elementos que Facilitan o Dificultan el "Paternaje"
desde la Perspectiva del Hombre con Hijos en Edad Escolar de Nivel
Socioeconómico Bajo. Tesis para obtener el grado de Magíster en Psicología
Clínica. Chile: Universidad Diego Portales.
http://www.portalpsicologia.org/servlet/File?idDocumento=3429

Saludos,

EME

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PSICOLOGÍA Y EDUCACIÓN INTEGRAL A.C.
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Te doy mis ojos

EL IMPACTO DE LA VIOLENCIA

VIOLENCIA MACHISTA DOMÉSTICA

ROMPER EL SILENCIO DE LA VIOLENCIA

jueves, 17 de abril de 2008

Entrevista a Rodrigo Parrini - Corporalidad, deseo y prisión

ENTREVISTA A RODRIGO PARRINI EN CLAM

Corporalidad, deseo y prisión


Rodrigo Parrini, es magister en Estudios de Género por El Colegio de México
e investigador del Centro Nacional de Prevención y Control del VIH/sida. El
Reclusorio Norte, una de las varias cárceles de la ciudad de México, es el
escenario, pero no el protagonista de Panópticos y laberintos. Subjetivación
y corporalidad en una cárcel de hombres. En diálogo con Michel Foucault y
Erving Goffman, esta investigación pone el foco en los presos y el orden
social particular que construyen en su circunstancia de reclusión y las
maneras como atraviesan su vivencia del deseo, la identidad y la
corporalidad, en detrimento de un análisis de los mecanismos de control
institucionales.


Panópticos y laberintos. Subjetivación y corporalidad en una cárcel de
hombres (El Colegio de México, 2007) abre nuevas perspectivas dentro de los
estudios de género y pone en duda pilares teóricos, como el concepto de
identidad. En esta entrevista, Parrini describe sus hallazgos y reflexiona
sobre las múltiples vivencias subjetivas que se alimentan de, y a la vez
construyen, el orden social carcelario.


Su investigación acerca de las operaciones del género, el deseo y la
corporalidad en la vida carcelaria demuestra una singular dificultad para
comprenderlas si supusiéramos un elenco de identidades como punto de
partida. ¿Cuáles fueron sus hallazgos al respecto? ¿Qué posiciones es
posible asumir y qué alcances tienen éstas?

Creo que en el centro de mis análisis se esgrime un disenso con respecto a
la primacía de la identidad en los estudios sobre género y sexualidad. En
términos conceptuales, el género debe entenderse como el resultado de la
intersección sociohistórica de las identidades, los deseos y las
corporalidades; como un dispositivo que resuelve la relación entre estas
dimensiones de una determinada forma, o que intenta hacerlo. Creo que
operamos, en este sentido, completamente enmarcados por lo que Foucault
denomina 'dispositivo de sexualidad'; en última instancia, es una forma de
engarzar y hacer coherentes elementos que históricamente pueden considerarse
dispares: el cuerpo, el deseo, las identidades, la biología, entre otros. Mi
opción ha sido no considerar dicho dispositivo como algo dado y evidente,
sino reconocer su constitución específica en la cárcel, si es que la hay. De
este modo, lo que parece coherente y vinculado puede también verse como
fragmentario y disperso. Pienso que la identidad es justamente el operador
de la coherencia dentro del dispositivo de la sexualidad, la dimensión que
permite una narración sin fracturas, sin oscilaciones (o que las oblitera).
Podemos optar por articular las otras dimensiones --deseo y corporalidad-- con
la identidad, sometiéndonos a su primacía y sus mandatos, o elegir caminos
que no supongan jerarquías entre ellas. Esta fue mi opción. Por eso, elegí
la imagen del laberinto, que no contiene un trayecto obligatorio y
perentorio sino muchos posibles. Esta multiplicidad de trayectos es capital
para los estudios sobre género y sexualidad y una forma de salir de ciertas
tautologías que nos tienen asidos, por un lado, a la construcción social y,
por otro, a las identidades y sus contenidos y dictados.


El concepto de panóptico tiene una gran carga simbólica. Funcionaría de
maravilla para explicar los múltiples encierros y vigilancias que se viven
dentro de la cárcel. No obstante, usted contrapone la imagen del laberinto
para explicar el derrotero carcelario. ¿Cómo se engarza esta alternativa al
aplicarla a las relaciones de género y la vivencia --corporal y social-- del
deseo?

Contrapuse la imagen del panóptico -propuesta por Foucault como la expresión
más acabada del poder disciplinario y su metáfora más profunda- a la de
laberinto para comprender lo que efectivamente había encontrado en la
cárcel. Creo que son dos imágenes y metáforas que permiten analizar y
revisar no sólo el funcionamiento específico de la cárcel como institución
disciplinaria, sino el uso de ciertas teorías y conceptos. Entre ambos yo
ubicaría el trayecto mismo de mi investigación, que empezó buscando ciertas
cosas y encontró otras, en muchos sentidos diferentes. En términos muy
simples diría que la identidad corresponde al panóptico teórico de los
estudios de género, al que se podría interrogar por la totalidad de la
subjetividad y que daría cuenta tanto del cuerpo como del deseo. Yo postulo
que el cuerpo y el deseo en la cárcel funcionan como laberintos y, ampliando
mis conclusiones, propongo una mirada laberíntica para el conjunto de
relaciones de género que, potencialmente, podamos estudiar. ¿Qué es un
laberinto? Es un trazo sobre cierta superficie que tiene múltiples variantes
para diversos trayectos. La identidad es una entrada en él y un trayecto
posible; el cuerpo otro... el deseo.


En el trayecto de su investigación, usted propone un ingreso a través de lo
discursivo para ahondar en la relación entre lenguaje y corporalidad,
aclarando que no existe una distinción tajante entre discurso y práctica.
¿De qué modo eso que "se dice" incide en lo que "se hace" y lo que "se
desea"?

Si bien al inicio del libro planteo que no existe una distinción tajante
entre discurso y práctica (siguiendo a Laclau y Mouffe), luego arribo a un
postulado diferente: hay que atender a las relaciones fragmentarias entre el
discurso y la práctica. Un problema que se articuló poco a poco en la
investigación fue que mucho de lo que se decía iba en una dirección
contraria a lo que se hacía; las palabras seguían un rumbo y las cosas
otras, por así decirlo. Esta disyunción y esta divergencia fueron capitales
para entender la relación del lenguaje con la corporalidad, tal vez es el
punto mismo donde se articula y se despliega el erotismo como una frontera
entre el cuerpo y la palabra. Si sólo se atendía a la producción más
evidente de significados, al discurso público, entonces todo aparecía como
coherente y coincidente, pero si analizábamos los desbordes de las mismas
palabras, las contradicciones, las formas del silencio, entonces surgían las
relaciones de desencajamiento, de contradicción y de desasimiento entre los
discursos y las prácticas que encontramos en la cárcel. El discurso puede
ser una estrategia para sostener algo, pero también para permitir que se
haga exactamente lo contrario a lo que se dice. Esta tensión fue la ruta que
seguimos para comprender las dinámicas deseantes en la cárcel, nunca dichas,
sugeridas y soterradas. Pero quisiera insistir en que no se trata de
contraponer el discurso a las prácticas, como si el primero fuera el plano
de la inteligibilidad y la regulación y las segundas el de la
impenetrabilidad y la dispersión. Sería como replicar ciertos tópicos sobre
lo civilizado y lo salvaje, lo dicho y lo indecible. Sólo puse el acento en
relaciones diagonales, entrecruzamientos y desasimientos entre ambos planos
de las relaciones sociales.


Usted desarrolla un análisis del orden social carcelario en diálogo con los
principios que Foucault había establecido para comprender el
disciplinamiento que éste produce. A usted le interesa recuperar lo que los
sujetos encarcelados hacen con el orden irremediable del encierro, cómo
ellos reorganizan el régimen disciplinario. ¿Qué transformaciones encontró
en la peculiar legalidad instituida por los reclusos en la vida cotidiana de
la cárcel de hombres? ¿Dé qué modo esto complejiza el concepto de
disciplina?

He pensado esta investigación como un diálogo con los análisis de Foucault.
Es de sobra conocida la gran influencia que ha tenido Vigilar y Castigar, un
libro dedicado al nacimiento de la prisión en Europa. De algún modo, el
libro determinó cierta forma de pensar la cárcel en general, y en muchos
sentidos, las instituciones. Habría que agregar la influencia de Goffman con
su concepto de 'institución total'. En mi análisis la cárcel aparece
desplazada con respecto a la totalidad goffmaniana y la disciplina
foucaultiana. ¿Por qué? Porque la estudio a partir de los mismos presos y
encuentro una legalidad y un orden social específicos que organizan muchos
de los aspectos de sus vidas, que les permiten apropiarse y desplazar la
institución, desterritorializarla y territorializarla de modos particulares,
con fines diversos a los de la institución misma. No obstante, el horizonte
último de la disciplina es su funcionamiento capilar y disperso, sin un
centro de vigilancia sino con múltiples terminales de control: si así se la
entiende, el método más eficaz de disciplinamiento es la legalidad y las
relaciones de poder que los mismos internos construyen. De todos modos,
habría que reconocer un desplazamiento en esta forma de disciplina con
respecto a la foucaultiana, porque sirve para los intereses y fines de los
mismos internos (o algunos de ellos), restringe y contradice las
orientaciones de la institución misma, si es necesario, plegándose a ellas
en un punto y desmintiéndolas en otro.


Esta misma línea de análisis se podría extender a otras instituciones bajo
las preguntas: ¿qué hacen los sujetos con las instituciones?; ¿qué hacen los
locos con los hospitales psiquiátricos?; ¿qué hacen los alumnos con las
escuelas y los obreros con las fábricas?; ¿cómo se apropian, cómo
transforman, cómo desplazan los sujetos estas instituciones clásicas del
modelo disciplinario? En mi argumentación recurro a ciertas ideas de Deleuze
y Guattari, pero especialmente a una: el deseo es una dimensión productiva
de las relaciones sociales; de este modo, los análisis sobre el poder deben
articularse con otros sobre el deseo, que permitan visualizar estos procesos
de apropiación, desplazamiento y reformulación a los que me he referido.


Las figuraciones de la masculinidad en los modos de subjetivación de los
reclusos imponen a la investigación un rodeo que es a la vez metodológico y
teórico: la pregunta acerca de qué es ser hombre produce extrañamiento, lo
que conduce a dudar de la masculinidad como atributo sustantivo y a
constatar, en la práctica (o en los discursos) un juego de parcialidades y
posiciones reversibles. ¿Cuál es el aporte de sus hallazgos a los estudios
sobre masculinidades?

Creo que un punto importante que trabajé en la investigación son los
desplazamientos entre una enunciación de la masculinidad --el plano de las
identidades-- y el de las prácticas vinculadas con su enunciación. Fue una
cita la que me permitió entrar con mayor profundidad en el juego entre
parcialidad y reversibilidad; en ella un interno me habló de un travesti
preso en la cárcel que decía que 'lo puto lo tenía en el culo', pero que
podía golpear a quien se le pusiera al frente. Ese travesti decía que era
puto y hombre alternadamente y que en su propio cuerpo se encontraba el
lugar --el culo-- que le permitía transitar entre identidades y posiciones
subjetivas. Por otra parte, había encontrado una dinámica entre intimidad y
extrañamiento que apuntaba hacia una paradoja: los contenidos y las
definiciones identitarias más apreciadas e importantes eran un producto
social, el extrañamiento que se instalaba en el corazón mismo de la
intimidad.


Ahora bien, la masculinidad no puede ser objeto de interrogación. Funciona,
ante todo, como algo dado, natural, indescriptible en muchos sentidos. Por
eso, en términos metodológicos, la pregunta acerca de ella y sus
características supone que se ha desplazado de su lugar inconmovible y
tácito. Nuestros entrevistados a veces rechazaban la pregunta, porque
interrogaba acerca de lo que para ellos era evidente, transparente como el
aire. Pero algunos la podían responder a partir de su experiencia en la
cárcel, que ellos leían como una caída de su masculinidad. Ya estaba la
distancia subjetiva y afectiva con lo que más valoraban. Observaban los
restos de lo que ellos mismos eran.


Por otra parte, las dinámicas del deseo mostraban un saber compartido acerca
de la seducción que, a su vez, señalaba las estrategias de desconocimiento
que estos hombres elaboraban. Lo indico muy claramente en el libro: no se
trata de que todos los hombres tengan deseos homoeróticos que permanecían
ocultos o reprimidos hasta su llegada a la cárcel. No me interesan las
explicaciones psicológicas. Creo que lo importante es señalar la
configuración social del deseo, en la que se puede participar de modo
directo, elusivo, proyectivo o aversivo, entre otras posibilidades.
Entonces, de nuevo surge el extrañamiento ante la intimidad y sus gestos.
Los internos huían de ser objetualizados (por ejemplo, mediante la
seducción).


Lo anterior me permite sostener dos elementos centrales, a mi entender, en
el análisis de la masculinidad: uno es el requerimiento sostenido y urgente
de mantener la totalidad ante cualquier amenaza de fragmentación, la
sustancialidad ante cualquier asomo de vacío, la permanencia ante la
contingencia. Otro, es que la masculinidad les 'exige' a los hombres ocupar
y mantener una posición de sujetos y rechazar cualquier objetualización de
ellos mismos, incluso la que podrían hacer mediante una interrogación
íntima.


El argot carcelario roba algunas categorías del género (el papel de "la
mamá", por ejemplo, o la división del trabajo al interior de las celdas) y
la sexualidad (lo puto, el cabrón). ¿A qué obedece esta operación? Es
posible reconocer cierta exaltación, o sacralización, de determinados
valores asociados a lo femenino: la mamá en el polo de la pureza; mientras
que la producción de masculinidades y el tráfico sexual parecen transitar
otros caminos. ¿Cuáles son éstos?

La relación con lo femenino era muy contradictoria en la cárcel. Por una
parte, se lo exaltaba de manera insistente, especialmente en la figura de la
madre y de la Virgen, pero por otro se lo despreciaba y se lo rechazaba de
modo tajante. No creo que la mamá, en el uso que se da al término en el
argot carcelario (aquel que manda en una celda), esté vinculada con la
pureza y con la exaltación de valores asociados a lo femenino. Más bien creo
que se relaciona con la conformación de un orden social bastante perturbador
que toma denominaciones y atributos para dirigirlos exactamente en la
dirección contraria a la que se les da comúnmente. El orden social
carcelario en algún sentido es un orden social invertido. Ahora bien, es un
orden social instalado sobre las polaridades tributarias de otros órdenes;
por ejemplo, la división sexual del trabajo entre 'mujeres' y 'hombres que
en la cárcel se reproduce mediante la creación de 'mujeres' provisionales y
parciales que cumplen con algunas tareas que en el exterior se les asigna,
habitualmente, a las mujeres (hablo del mundo popular). Entonces, el orden
genérico y sexual opera de modo fragmentario e invertido en la cárcel. El
cabrón se relaciona sexualmente con los putos porque no hay mujeres con las
que hacerlo: los putos y los muchachos que se prostituyen funcionan también
como mujeres parciales. De alguna manera, el que al jefe de una celda se le
denomine como mamá se debe a que es el espacio de la reproducción de la vida
cotidiana, lo más cercano al hogar en la cárcel. Pero, como si se replicara
una división entre espacios privados y públicos, los presos más poderosos
dentro del penal son conocidos como padrinos. Madres y padres: unas en el
'hogar', otros en la 'calle'.


Las categorías manejadas entre los internos se complican al intentar
traducirlas al lenguaje corriente y viceversa. ¿Cómo trabajar con conceptos
como puto o maricón tal como lo manejan los internos? Por momentos no
parecen estar ligados con la identidad o la preferencia sexual, aunque en
otros afloran con toda su carga homofóbica. ¿De qué modo operan las
convenciones sociales acerca de las preferencias sexuales en el ámbito
carcelario?

Puto y maricón son expresiones del lenguaje cotidiano en México utilizados
también en la cárcel. Son términos que intentan identificar a alguien, a la
vez que lo descalifican, y que sin duda tienen una carga homofóbica. No
obstante, responden a un imaginario sexual que no se organiza en torno a
preferencias sexuales tal como las delimita la sexología y el sentido común
sexual moderno --heterosexual, homosexual, bisexual--, sino a partir de una
polaridad de identidades y posiciones subjetivas: hombre-puto. En este punto
debemos indicar que la homofobia de la cárcel no corresponde al rechazo de
una identidad --lo gay, lo homosexual-- sino de un deseo, una práctica
corporal, una posición en las relaciones de poder que se conjugan en el
'puto'. Aquí la homofobia debe leerse como el rechazo tajante a lo abyecto
que se condensa en el puto (rechazo que constituye lo abyecto en su mismo
gesto). Lo abyecto, la parte caída de un sistema, la basura, lo rechazado,
las sobras: eso es un puto. Por esto mismo funciona como el elemento caído,
expulsado, en polaridad con el hombre: completo, integrado, prestigioso,
estimable.


¿Podría explicarnos el aporte de las ideas de parcialidad y de
reversibilidad para comprender la subjetivación erótica en la cárcel. Y más
allá de ese entorno cerrado, ¿puede considerarse que también las formas en
que se expresan la subjetivación, el género y la corporalidad son
específicas? ¿Es posible encontrar experiencias similares en otros entornos
no cerrados?

Como indiqué en otra pregunta, la parcialidad es una forma de organizar un
orden de género y sexual específico para la cárcel, que vuelve a replicar la
diferencia sexual sobre cuerpos 'masculinos' y entre hombres. La parcialidad
surge, en mis análisis, como un rasgo central de los procesos de
subjetivación en la cárcel, que se vincula de modo intenso con la operación
contraria que reclama y protege una totalidad para la identidad masculina y
su ejercicio. Lo que encuentro es que cualquier subjetividad es parcial y
que cualquier cuerpo está formado de partes. Por eso no sólo en la cárcel la
parcialidad apunta a un rasgo general de la subjetivación: une partes, trata
de crear totalidades, ejerce un control sobre los fragmentos. La
subjetividad y el cuerpo estarían, en último término, como hilvanados. A
esto agregamos otra característica: la reversibilidad. Un orden de género y
la afirmación de una subjetividad masculina se sostienen en la
imperturbabilidad de sus términos y designios. El camino que seguimos nos
permitió demostrar que esa imperturbabilidad era sólo una utopía subjetiva y
una especie de cerrojo fallido ante la reversibilidad general de la
subjetividad y los cuerpos; reversibilidad que se vincula con las
oscilaciones corporales y deseantes que hallamos en nuestro estudio, en un
estatuto parcial y fallido de las identidades.


Tal vez el punto más importante sea contraponer este tipo de análisis a
otros que construyen la sexualidad y el género como objetos densos,
discretos, fijos en muchos sentidos. Si en una cárcel de hombres hay
parcialidades de mujeres --y de hombres-- construidas sobre cuerpos
masculinos; identidades que se desplazan sobre el cuerpo operando de modo
alterno polaridades de género y deseos (como la señalamos en el caso del
travesti y su culo), deseos que siempre encuentran objetos sustitutos y
justificaciones posibles; entonces no estamos ante algo sólido y completo.
Estamos ante un orden que funciona mediante su disolución y reconfiguración,
mediante una recreación estratégica. Un orden de parcialidades, reversible,
aunque suene paradójico.


Entre tanta representación --palabras y discursos para designar múltiples
máscaras-- ¿cuáles son los espacios que le quedan a la corporalidad? ¿Qué
caminos hay que seguir para conseguir una genuina apropiación del cuerpo?,
¿hasta qué punto la experiencia corporal obedece a deseos o a imposiciones
identitarias o discursivas? En el caso de "el más cabrón" que viola a los
violines, por ejemplo, ¿se trata de un deseo corporal, de una expresión de
identidad, o de una imposición subjetivada?

Yo me preguntaría si se puede hablar del cuerpo, si el cuerpo es un objeto
discursivo, si se lo puede enunciar. Creo que hay una dimensión de la
experiencia del cuerpo que no es discursiva ni puede transitar por el
discurso. Este es un límite epistemológico y metodológico de las ciencias
sociales para estudiarlo. Yo me limité a investigar ciertos
entrecruzamientos entre cuerpo, identidad y deseo, que me parece constituyen
la triada pertinente para estudiar género y sexualidad. Si entre el cuerpo,
la identidad y el deseo se pueden construir relaciones de acoplamiento, de
'alianza' por así llamarlas, también se pueden configurar relaciones de
desasimiento y de fragmentación. En este sentido, el ejemplo expuesto en la
pregunta podría tratarse tanto de un deseo corporal, como de una expresión
de identidad y de una imposición subjetivada. La clave es que nunca será
sólo una de esas dimensiones y cada una se interceptará con la otra en una
escena como la descripta.


No obstante, creo que la corporalidad debe entenderse como una dimensión
liminar entre discurso y cuerpo. Este fue el concepto que mejor me sirvió
para estudiar las relaciones entre ambos en la cárcel. No hablaba ante todo
de un objeto rodeado de descripciones y prescripciones, sino de un proceso
oscilante.

Fuente:
http://www.clam.org.br/publique/cgi/cgilua.exe/sys/start.htm?infoid=4011&sid
=51

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martes, 15 de abril de 2008

MATERNIDAD, PATERNIDAD Y GENERO

MATERNIDAD, PATERNDAD Y GENERO
Leslie Arevalo Arregui
Otras Miradas, diciembre, año/vol. 4 numero 002
Universidad de los Andes.
Mérida Venezuela.
En la primera parte del presente trabajo, Se describirán los conceptos de "Maternidad" y "Paternidad", entendiendo esto como construcciones simbólicas relativizadas por lo histórico y lo sociocultural y, a la ves destacando sus dimensiones psicológicas, subjetivas. Posteriormente se establecen algunas relaciones entre los constructos "Maternidad", "Paternidad" y "Genero" tratando de romper los esquematismos binarios oposicionistas y excluyentes, pero asumiend que históricamente se han entretejdo como referentes ineludibles para el otorgamiento de su significación específica. Esta aproximación vinculante se realizará en buena medida, con el apoyo teórico del psicoanálisis para lo cual se hara alusión a conceptos y categirías provenientes de esta corriente psicológica.

viernes, 11 de abril de 2008

LA DESCONSTRUCCIÓN DE LA MASCULINIDAD

LA DESCONSTRUCCIÓN DE LA MASCULINIDAD
Tod Sloan y Rubén Reyes Jirón

Tod Sloan es profesor de psicología en la Universidad de Tulsa, EEUU, y autor de los libros Life Choices y Damaged Life. Fue profesor visitante en la Universidad Centroamericana con el apoyo de la Comisión Fulbright.
Rubén Reyes Jirón es psicólogo y trabaja en Puntos de Encuentro, en Managua, haciendo talleres vivenciales sobre masculinidad.

¿Qué pasa cuando un grupo interdisciplinario de académicos y profesionales se reúne en Nicaragua con el objetivo de reflexionar sobre la masculinidad contemporánea? ¿Qué podrían decir que no se haya dicho antes demasiadas veces?
Quisiéramos compartir nuestras impresiones de lo que se logró y no pudo lograrse en un grupo de hombres y mujeres con las características mencionadas que se convocó ocho veces en la Universidad Centroamericana en mayo y junio de 1995. Los autores de este ensayo fueron co-facilitadores del grupo. Los quince miembros del grupo representaban psicología, sociología, derecho, historia, letras, filosofía, economía, educación, etc. La condición interdisciplinaria del grupo contribuyó a que hubiera una cierta dificultad en llegar a un consenso, pero también fue la fuente de una presión para precisar muy bien los términos básicos usados por cada participante.
Pasamos la primera hora describiendo nuestras expectativas. Algunos hombres querían enfrentar su propio machismo. Otros buscaban conceptos o modelos para aplicar en su trabajo académico o profesional. Algunas mujeres feministas sentían un deseo de acompañar un proceso entre hombres que habían esperado desde hacía ya muchos años, lo cual se evidenciaba en sus propios análisis de la feminidad.
El grupo estaba claramente dividido entre los que buscaban una transformación personal a través del proceso del grupo, ofreciendo sus propias vivencias masculinas problemáticas para el estudio de los demás participantes, y por otro lado, los que concibieron la tarea más académicamente como la búsqueda de una teorización más adecuada sobre la masculinidad. Concluimos con la decisión de aceptar los dos objetivos, dado que sería una reproducción de un rasgo negativo de la masculinidad, el separar la teoría de la vivencia como si la primera no nos tocara a todo(a)s a nivel personal. Nos dimos a la tarea de intentar una definición adecuada de la masculinidad y en base a nuestras propias vivencias.
Para abrir la discusión de la próxima sesión, los facilitadores propusieron la siguiente definición de la masculinidad, la cual representa una síntesis de varios trabajos psicológicos recientes sobre el tema: La masculinidad es lo que cualquier persona hace para sentirse en control, en el centro, fuerte, importante, con el poder, arriba, es decir, "hombre", y para no sentirse controlado, en la periferia, débil, sin importancia, sin poder, abajo, "mujer". Pasamos el resto de la sesión analizando los méritos y los defectos de esta perspectiva. Así logramos mucho, porque se pudo ampliar nuestro concepto colectivo de la masculinidad en función de los requisitos intelectuales de todos las disciplinas y profesiones presentes, y a la luz de las varias vivencias que compartieron algunos miembros del grupo.
Entre los defectos más importantes de esta definición, señalamos los siguientes:
* Esta definición sólo toca una manifestación temporal de la masculinidad, una construcción particular de la personalidad en una época determinada de la historia. Es decir, se reconoce que esta estructura capta algo de lo que es la masculinidad hoy día, pero que ella no siempre ha sido ni tiene que ser así. Pero, la mayoría opinó que esta definición describe mucho de lo que es reconocido como la masculinidad tradicional occidental.
* Pareciera que la masculinidad se reduce, en el concepto propuesto, a una búsqueda de poder y nada más. La búsqueda de poder puede ser motivo de cualquier persona, y no necesariamente una del sexo masculino. La definición necesita un elemento que vincule más directamente esta estructura psíquica a los hombres como hombres, a su experiencia, al cuerpo masculino, y a su conducta.
* La definición es muy negativa. La masculinidad debe tener algunos rasgos positivos. Los participantes que defendían la definición "negativa" propusieron que esto es exactamente el porque de apoyar una desconstrucción o una trascendencia de la masculinidad. Los otros opinaron que siempre va a haber una masculinidad opuesta a la feminidad y por ello se trata de mejorar a ambas en base de sus rasgos positivos.
* La definición asume una bipolaridad cuando es claro que no existen ejemplos puros de la masculinidad o la feminidad, ni siquiera a nivel simbólico. Además, se podría argumentar que no existe una única estructura de la masculinidad sino muchas masculinidades, por ejemplo, los eunucos, los heterosexuales, los fascistas, los travestis, los físico-culturistas. Pero )hasta que punto, nos preguntamos, hay que esforzarse por tomar en cuenta la singularidad? )No se podría encontrar unas dos o tres tipos esenciales para fines del análisis (a pesar del riesgo tán temido hoy día de la esencialización)?
* )Donde están las dimensiones estructurales, sociales, históricos, y culturales de la masculinidad en esta definición?
Para tomar en cuenta algunos de estos defectos, varios participantes estaban de acuerdo con la ampliación siguiente de la definición original, la masculinidad sería "todo lo que se asocia con la conducta típica de los hombres en una determinada sociedad o cultura". Otros no querían perder el elemento "negativo"-crítico de la original y alguien propuso una reflexión más profunda sobre la construcción del poder masculino, porque éste parece estar en el centro del asunto.
Acerca de esta cuestión, nosotros los autores de este ensayo, opinamos que independientemente de que la masculinidad esté determinada históricamente y de que la retención del poder no sea el único elemento que la define, en este momento histórico y en este hemisferio, la masculinidad se define como una identidad que se desarrolla a partir de la dominación de otras personas con menos poder. Pensamos además que la socialización tradicional del los varones en el seno del la familia juega un papel central en la reproducción del poder masculino, empezando con la necesidad que siente el niño de separarse de la madre para sentirse "hombre".
Las sesiones siguientes se dedicaron al tema del poder masculino y a docenas de temas estrechamente vinculados a ello. A pesar de nuestros esfuerzos para concentrarnos sobre un tema escogido, siempre salimos a discutir otras cuestiones. Al principio esto nos molestó, pero luego comprendimos que la preocupación por encasillar todo dentro de un plan determinado es otro rasgo de la racionalidad masculina que también necesita ser transgredido.
A propósito de la transgresión y de los múltiples temas vinculados al poder, uno de los temas discutidos fue el de la homosexualidad como una práctica que reproduce las relaciones de poder entre los hombres y las mujeres.
Los facilitadores presentaron el trabajo del antropólogo Roger Lancaster en su libro Life is Hard, en el cual se dice que la versión nicaragüense de la homosexualidad, el cochón, es también un producto del machismo. Las y los participantes estuvieron de acuerdo con la observación de Lancaster de que en Nicaragua el cochón se define como el varón que en una relación sexual es penetrado, dominado, afeminizado a diferencia del activo que penetra, domina, y así se masculiniza. El varón que es penetrado pierde masculinidad mientras que el que penetra la gana. Esto quiere decir que en Nicaragua, en muchos casos, ni siquiera la homosexualidad escapa a la bipolaridad dominante-dominado/a. Los varones heterosexuales nicaragüenses parecen no temerle a la relación íntima entre hombres sino a ser dominados por otros hombres, es decir, el temor a que la práctica homosexual implique una pérdida de la masculinidad.
Desde esta lógica de la mayoría de los varones Nicaragüenses, el comprometerse con un esfuerzo por desconstruir la masculinidad tradicional, sería signo de la homosexualidad. Si no se es un hombre a imagen y semejanza de la representación social del mismo, entonces, se es cochón. El temor a ser estigmatizado como cochón mantiene a muchos hombres alejados de un esfuerzo consciente por desaprender el machismo, a pesar de su inconformidad con el ser presionado a cumplir con las destructoras e inalcanzables exigencias del hombre tradicional. En muchas de las reflexiones del grupo, vimos que la masculinidad, como todos los conceptos sociales, sólo existe en función de sus mediaciones socioculturales, históricas, y psicológicas. Por esto, no se puede hablar de la construcción del poder masculino sin pasar casi de inmediato a los temas de: la socialización del varón (inclusive el papel de la madre en la reproducción del machismo); las fuentes de la desigualdad entre los géneros en la división de la sociedad en clases económicas; el racionalismo, la ciencia, y la tecnología como mecanismos del poder masculino; el papel de las religiones en la sustentación del patriarcado; los juegos de niños y los deportes como sitios de la construcción de la imagen del hombre; la posibilidad que aun en las mujeres liberadas existen deseos inconscientes del hombre fuerte, dominante. Tal vez Michel Foucault tenía razón cuando escribió que un día el concepto del Hombre desaparecería de las ciencias humanas -- por lo menos, en nuestro grupo de reflexión sobre la masculinidad, el Hombre siempre desapareció cuando analizamos los determinantes de su conducta y de su estructura psíquica.
Sin embargo, para que el Hombre (como género dominante) realmente desaparezca es necesario intervenir en las fuerzas que determinan la construcción del poder masculino. La desconstrucción de la masculinidad implica la desarticulación de los aspectos de la religión, el racionalismo, el arte, la ciencia, la tecnología y de todas aquellas instituciones que promueven y sostienen el poder masculino. En la última sesión llegamos de nuevo a esta conclusión cuando analizamos el fenómeno de las frecuentes violaciones de niñas en Nicaragua. Quedó claro que la solución será una cuestión de cambios en varios niveles, en el periodismo, en las leyes sexistas, en las actitudes de la policía, en la socialización de los niños varones, en la publicidad, etc. Es una lucha que los hombres tienen que tomar ahora como su propia responsabilidad.
Para aterrizar este análisis abstracto, quisiéramos hacer un intento por profundizar en la construcción histórica de la imagen del poder masculino en Nicaragua. Dentro del concepto de la masculinidad tradicional el hombre es más hombre a medida que asciende en los estratos de poder. No era casual, por ejemplo, que durante el tiempo en que Somoza gozó de mejor imagen, el pueblo de Nicaragua se refiriera a Jl como "El Hombre". Si Somoza era "El Hombre" se suponía que los varones Nicaragüenses debíamos aspirar a ser como Jl cuando fuéramos grandes. Sin embargo, llegó un momento en que Somoza llegó a ser la encarnación de las características masculinas más negativas llevadas a los extremos. Se convirtió en un tirano genocida odiado por todas/os. Si Somoza era "El Hombre", los que no eran como Jl, tampoco querían serlo.
La lucha por desconstruir al hombre Somoza condujo a muchos/as varones y mujeres a buscar en la historia a otro varón, cuya muerte le había valido a Somoza convertirse en el hombre fuerte de Nicaragua. Ese hombre pequeño que enfrentó al gigante del norte con un "pequeño ejército loco" fue la inspiración de quienes derrocaron al dictador con la intención de destruir todo lo negativo que Jl encarnaba. La Revolución destruyó al dictador y a su ejército genocida, la Guardia Nacional, pero no destruyó todo las características negativas de aquel Hombre. El hombre que Somoza encarnó y procreó sigue viviendo en el interior de muchos de los varones Nicaragüenses, a pesar de los esfuerzos de muchos Sandinistas de vivir como "hombres nuevos" en solidaridad con sus compañeras.
Es cierto que la mayoría no son ni genocidas, ni explotadores del pueblo, pero todavía siguen cultivando la personalidad autoritaria que ha caracterizado tradicionalmente a los hombres. Muchos varones, por ejemplo, mientras en la calle apoyan las demandas justas de los campesinos o de los trabajadores de la construcción, en la casa responden con un "yo no me hago cargo de chavalos" ante las demandas justas de su compañera de tener un tiempo para sí misma.
Desconstruir la masculinidad en Nicaragua y en el resto del mundo significa al menos deshacernos del dictador que muchos llevamos por dentro. Además significa insistir en la propagación de la democracia participativa (que incluye el principio de la igualdad de todos los seres humanos y el respeto por sus derechos fundamentales) en todas las instituciones y esferas de la vida.

[EME] '145' III COLOQUIO INTERNACIONAL DE ESTUDIOS SOBRE VARONES Y MASCULINIDADES. MEDELLÍN. COLOMBIA. 3-5 DIC 2008



---------- Forwarded message ----------
From: Francisco Aguayo Fuenzalida <faguayo@puc.cl>
Date: 09-abr-2008 16:39
Subject: [EME] '145' III COLOQUIO INTERNACIONAL DE ESTUDIOS SOBRE VARONES Y MASCULINIDADES. MEDELLÍN. COLOMBIA. 3-5 DIC 2008
To: EME_Masculinidades_y_Equidad_de_Genero@googlegroups.com



Se amplió el plazo para presentar resúmenes hasta el 15 de abril.
Saludos. EME.
www.eme.culturasalud.cl

III COLOQUIO INTERNACIONAL DE ESTUDIOS SOBRE
VARONES Y MASCULINIDADES

Masculinidades y multiculturalismo: Perspectivas críticas
¿La diversidad construye la equidad?
3, 4 y 5 de diciembre 2008
Medellín Colombia
Cordinación General
Sara Yaneth Fernández -Universidad de Antioquia-
Hernando Muñoz Sánchez - Universidad de Antioquia-
Mara Viveros -Universidad Nacional de Colombia-


Enviado por: "careaga@servidor.unam.mx" careaga@servidor.unam.mx   glancape
Mié, 9 de Abr, 2008 12:47 am (CDT)
Hola a todas y todos, les envío la página del Coloquio sobre masculinidades
a
efectuarse en Medellín, Colombia en diciembre. Les comento que después de
charlar con los organizadores del evento decidieron aplazar la fecha para
presentar resumenes al día 15 de abril. Espero nos veamos ahí. Ojala puedan
darle difusión.

Besos,

Tere

http://antares.udea.edu.co/masculinidades2008/contactanos.html

(se requiere copiar el link completo en tu navegador)

Gloria Careaga
Facultad de Psicologia, UNAM
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55 23 03 09

sábado, 5 de abril de 2008

[EME] '143' Hombres Jóvenes y la Prevención de VIH. Una Guía para la Acción. Promundo y UNFPA, 2007.


PROMUNDO Y UNFPA (2007) Hombres Jóvenes y la Prevención de VIH. Una Guía
para la Acción. Brasil: PROMUNDO Y UNFPA.
Español: http://www.promundo.org.br/materiais%20de%20apoio/Toolkit-ESP.pdf
Portugués:
http://www.promundo.org.br/materiais%20de%20apoio/Toolkit-PORT.pdf

Herramientas:
Español:
http://www.promundo.org.br/materiais%20de%20apoio/Toolkit-ESP_herramientas.p
df
Portugués:
http://www.promundo.org.br/materiais%20de%20apoio/Toolkit-PORT_ferramentas.p
df

Los documentos los encuentran en los links, recuerden que se precisa copiar
el link completo en el navegador.
El archivo de la guía es muy 'pesado' como para enviarlo por este medio.

Saludos,

EME

www.eme.culturasalud.cl


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jueves, 3 de abril de 2008

Preocupante Fallo del Tribunal Constitucional (Chile)


El diario de cooperativa anunció esta tarde que el Tribunal Constitucional
habría considerado inconstiucionales en Chile:
- Las Píldoras Anticonceptivas de Emergencia que contengan levonorgestrel
(pastilla del día después)
- Las Píldoras combinadas que contengan levonorgestrel y un estrógeno
- T de Cobre (utilizada por el 17% de las mujeres chilenas)
- Servicios de anticoncepción y consejería a jóvenes mayores de 14 años sin
consentimiento de sus padres/madres.

Diputados de derecha requirieron al tribunal revisar estos temas -contenidos
en las normas de regulación de la fertilidad publicadas el 2007- con el
argumento de que serían métodos abortivos. En Chile no está legalizado el
aborto incluido el terapéutico.
El TC está conformado por 10 integrantes, 9 hombres y una mujer. Más 4
abogados integrantes hombres. Uno de sus miembros se inhabilitó por haber
firmado con anterioridad en un documento contrario a la píldora del día
después.

El fallo se conocería definitivamente el día 22 de abril. El Artículo 94 de
la Constitución dice: "Contra las resoluciones del Tribunal procederá
recurso alguno, sin perjuicio de que puede, el mismo Tribunal, conforme a la
ley, rectificar los errores de hecho en que hubiere incurrido."

Este panorama representa un preocupante retroceso de más de 40 años y prueba
la existencia de mecanismos de poder conservadores que operan sobre el
estado laico y los derechos reproductivos en Chile.
EME
www.eme.culturasalud.cl

---

Mayor información:

http://movimientoanticoncepcion.blogspot.com/

http://www.observatoriogeneroyliderazgo.cl/index.php?option=com_content&task
=view&id=321&Itemid=2

Presentación del ICMER ante el tribunal
http://www.icmer.org/pdfs/Presentacion_ICMER_Tribunal_Constitucional.pdf

www.cooperativa.cl

http://www.elmostrador.cl/modulos/noticias/constructor/noticia_nueva.asp?id_
noticia=243409

---


TC prohibió distribuir la "píldora del día después"

El fallo del Tribunal Constitucional, adoptado en votación dividida después
de un año de discusión, será oficializado el próximo 22 de abril.

El Tribunal Constitucional (TC) prohibió la distribución de la denominada
"píldora del día después", en un fallo que será oficializado el próximo 22
de abril, según confirmaron a Radio Cooperativa fuentes judiciales.

El fallo fue adoptado en votación dividida, después de cerca de un año de
recopilación de documentos y su posterior discusión.

Los integrantes de la instancia se reunieron a mediados de la semana pasada
para llegar a una resolución final, que tuvo cinco votos a favor de la
prohibición y cuatro en contra.

De esta forma, la instancia acoge el requerimiento de un grupo de diputados
denominados "pro vida", que impugna que el fármaco se entregue a las
adolescentes mayores de 14 años, sin el consentimiento de sus padres, tal
como dispuso el Ministerio de Salud.

Las fuentes precisaron que el TC habría acogido los cuatro requerimientos
del abogado patrocinador, Jorge Reyes, quien además de la prohibición de la
"píldora" solicitó no permitir el yuspe (método de anticoncepción con
píldoras combinadas), las normas sobre confidencialidad adolescente y el
dispositivo intrauterino conocido como la "T" de cobre.

El abogado sostuvo que detallará su opinión cuando sea notificado, aunque
"si es efectivo los rumores que existen que nos van a acoger el fallo,
nosotros creemos que es un bien para Chile". (Cooperativa.cl)

El fallo del Tribunal Constitucional, adoptado en votación dividida después
de un año de discusión, será oficializado el próximo 22 de abril.

El Tribunal Constitucional (TC) prohibió la distribución de la denominada
"píldora del día después", en un fallo que será oficializado el próximo 22
de abril, según confirmaron a Radio Cooperativa fuentes judiciales.

El fallo fue adoptado en votación dividida, después de cerca de un año de
recopilación de documentos y su posterior discusión.

Los integrantes de la instancia se reunieron a mediados de la semana pasada
para llegar a una resolución final, que tuvo cinco votos a favor de la
prohibición y cuatro en contra.

De esta forma, la instancia acoge el requerimiento de un grupo de diputados
denominados "pro vida", que impugna que el fármaco se entregue a las
adolescentes mayores de 14 años, sin el consentimiento de sus padres, tal
como dispuso el Ministerio de Salud.

Las fuentes precisaron que el TC habría acogido los cuatro requerimientos
del abogado patrocinador, Jorge Reyes, quien además de la prohibición de la
"píldora" solicitó no permitir el yuspe (método de anticoncepción con
píldoras combinadas), las normas sobre confidencialidad adolescente y el
dispositivo intrauterino conocido como la "T" de cobre.

El abogado sostuvo que detallará su opinión cuando sea notificado, aunque
"si es efectivo los rumores que existen que nos van a acoger el fallo,
nosotros creemos que es un bien para Chile".

Fuente: Cooperativa.cl







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